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Problemas alimenticios en jóvenes

por Belén Vargas 2°B

Los trastornos de la alimentación son afecciones graves que se relacionan con las conductas alimentarias persistentes que repercuten negativamente en la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarse en áreas importantes de la vida. Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, y el trastorno alimentario compulsivo.

Se desconoce la causa exacta de los trastornos de la alimentación. Sin embargo, ciertos factores pueden hacer que los adolescentes corran riesgo de padecer trastornos de la alimentación, incluidos los siguientes:

La presión social: La cultura popular tiende a poner énfasis en ser delgado. Incluso con un peso corporal normal, los adolescentes pueden tener fácilmente la percepción de que están gordos. Esto puede desencadenar una obsesión por bajar de peso y hacer dieta.

Los factores personales:  La genética o los factores biológicos pueden hacer que algunos adolescentes sean más propensos a presentar trastornos de la alimentación. Los rasgos de la personalidad, como el perfeccionismo, la ansiedad o la rigidez, también influyen.

Primeras consecuencias de los trastornos de la alimentación en adolescentes

Los signos y síntomas varían según el tipo de trastorno alimentario. Presta atención a los patrones de alimentación y las creencias que podrían indicar un comportamiento poco saludable, así como a la presión de grupo que puede desencadenar los trastornos alimentarios. Entre las señales de alarma que pueden indicar la presencia de un trastorno alimentario se incluyen:

  • Omitir comidas, poner excusas para no comer o comer a escondidas
  • Centrarse excesivamente en la comida
  • Preocuparse o quejarse constantemente por estar gordo
  • Mirarse con frecuencia al espejo para ver los defectos que se perciben
  • Ejercitarse en exceso
  • Ir al baño de manera habitual inmediatamente después de comer o durante las comidas
  • Durante una comida o refrigerio, comer una cantidad mucho mayor de lo que se considera normal
  • Expresar enojo, vergüenza o culpa respecto de los hábitos alimentarios

La prevención comienza con una comunicación abierta

Para ayudar a los adolescentes a prevenir trastornos alimenticios, habla con tu hijo o hija sobre los hábitos alimenticios y la imagen corporal.

Motiva a tu hijo para que adquiera hábitos alimenticios saludables: Habla con tu hijo adolescente sobre cómo la alimentación puede afectar la salud, el aspecto y el nivel de energía. Alienta a tu hijo adolescente a comer cuando tenga hambre. Fomenta el hábito de comer juntos en familia.

Analiza los mensajes de los medios de comunicación: Los programas de televisión, las películas y los sitios web y otros medios pueden enviarles a los adolescentes el mensaje de que existe un solo tipo de cuerpo aceptable. Alienta a tu hijo a discutir y cuestionar lo que escucha y lo que ve.

Fomenta una imagen corporal saludable: Habla con tu hijo adolescente sobre su imagen y refuerza la idea de que la forma de un cuerpo saludable varía. No permitas los sobrenombres hirientes ni las bromas basadas en las características físicas de las personas.

Fomenta la autoestima: Respeta los logros de tu hijo adolescente y apoya sus objetivos. Escúchalo cuando hable. Recuérdale a tu hijo que tu amor y aceptación son incondicionales: no dependen ni del peso ni de la apariencia.

Comparte información sobre los peligros de las dietas y de la ingesta por factores emocionales: Explícale que las dietas pueden comprometer la nutrición, el crecimiento y la salud. Recuérdele que comer o limitar la alimentación no es una manera saludable de afrontar las emociones. En cambio, aliéntalo para que hable con sus seres queridos, sus amigos o un terapeuta sobre los problemas que pueda estar enfrentando.