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Día Internacional de la Libertad de Prensa

Por Belén Vargas 2ºB

Cada año, el 3 de mayo es una fecha en la que se celebran los principios fundamentales de la libertad de prensa. Esta fecha brinda la oportunidad de evaluar la libertad de prensa a nivel mundial, de defender los medios de comunicación de los ataques sobre su independencia, así como de rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el desempeño de su profesión.

El Día Mundial de la Libertad de Prensa fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, en cumplimiento de una recomendación aprobada en la 26ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO en 1991. Esto, a su vez, fue una respuesta a un llamamiento de los periodistas africanos que en 1991 elaboraron la histórica Declaración de Windhoek sobre el pluralismo y la independencia de los medios de comunicación.

La libertad de prensa y la libertad de expresión constituyen el núcleo del mandato de la UNESCO. La UNESCO considera que estas libertades permiten el entendimiento mutuo para construir una paz sostenible.

Sirve de ocasión para informar a los ciudadanos de las violaciones de la libertad de prensa, un recordatorio de que en docenas de países de todo el mundo las publicaciones son censuradas, multadas, suspendidas y clausuradas, mientras que los periodistas, editores y editores son acosados, atacados, detenidos e incluso asesinados.

Es una fecha para fomentar y desarrollar iniciativas en favor de la libertad de prensa y para evaluar el estado de la libertad de prensa en todo el mundo.

El 3 de mayo sirve para recordar a los gobiernos la necesidad de respetar su compromiso con la libertad de prensa y es también un día de reflexión entre los profesionales de los medios de comunicación sobre cuestiones relacionadas con la libertad de prensa y la ética profesional. Igualmente, importante, el Día Mundial de la Libertad de Prensa es un día de apoyo a los medios de comunicación que son objeto de la restricción o la abolición de la libertad de prensa. También es un día de recuerdo para los periodistas que perdieron la vida en la búsqueda de una historia.

La historia de la prensa y del periodismo está muy vinculada con el nacimiento y el desarrollo de la Nación misma, con la fundación de un país autónomo y de un proyecto político de país. En Chile ésta apareció recién en 1812 con la llegada de la primera imprenta y la publicación de La Aurora de Chile, dirigida por Fray Camilo Henriquez.

Así, durante el siglo XIX, los chilenos se habituaron a mirar la política y sus costumbres a través del papel. De todas las instituciones que se consolidaron en el Chile independiente, la prensa fue una de sus protagonistas, retratando en sus páginas los debates que sacudieron al país y liderando las polémicas que los distintos grupos y facciones libraron a lo largo del siglo.

En un comienzo los periódicos fueron el vehículo difusor de las luces y del debate acerca de las formas de organización política para la República. Entre 1810 y 1830 se popularizaron las “gacetas de gobierno”, de perfil “oficialista”, “patriotas”, entusiastas y racionalistas, las que tenían como tarea registrar actos y decretos oficiales. Para Ricardo Donoso, la prensa periódica nace con “la necesidad de divulgar los principios que servían de base a la revolución, y de instrumento a los nuevos gobiernos” (Donoso, 1927: 40). En este tipo de publicaciones se inscriben La Aurora de Chile (1812-1813) y El monitor Araucano (1813-1814).

El periódico en la escuela, una herramienta, pedagógica fundamental

La introducción del periódico en la escuela no es sólo una herramienta pedagógica sino también un medio importante de conectar al niño con el mundo que le rodea. Con su mayor o menor carga de manipulación y alienación los medios de comunicación social abastecen de la realidad viva y actual al cuerpo social. El niño tiene derecho no sólo a acceder a la realidad presente sino también a ir formándose una conciencia crítica para enfrentarse a las distorsiones de la realidad que le ofrecen los medios, a conocer los propios servilismos del medio y sus propios condicionamientos, la mayoría de ellos estructurales más que políticos.