
DÍA MUNDIAL DEL DONANTE DE SANGRE
Por Micaela Blanco 3ºB
Este año el día mundial del donante de sangre se celebrará alrededor del mundo el 14 de junio. Con este evento, se busca agradecer a todos los donantes no remunerados y voluntarios que gracias a su noble donación ayudan a los sistemas de salud y comunidades, además de crear conciencia y reflexión en las personas sobre su importancia para crear suministros sanguíneos accesibles y oportunos que salvan vidas.
Si bien el proceso es rápido y efectivo, en Chile la tasa de donantes es de 14 por 1.000 habitantes, muy por debajo de la media de los países con ingresos altos; 32,6 por 1.000 habitantes. Además, el 68% de la donación de sangre es por reposición, es decir, que provienede familiares o amigos del paciente transfundido, mientras que el otro 32% es una donación altruista, cifras que las autoridades creen “preocupantes”, sobre todo con la nueva caída de donantes debido al Covid-19.
“La Unidad de Medicina Transfusional del Ministerio de Salud, nos ha transmitido una intensa preocupación por la caída violenta que ha experimentado la donación de sangre. Hacemos un llamado a que personas sanas y con un permiso correspondiente se acerquen a los bancos de sangre y se recupere la acumulación de estos productos esenciales” manifestó el ministro de salud Jaime Mañalich el pasado 29 de marzo, recalcando su importancia para el día a día en los centros de salud.
¿Por qué es tan importante?
Donar un recurso tan valioso como la sangre, que es fundamental para la vida y que hasta el momento no tiene reemplazantes, es una actitud notable digna de imitar.Ya sea que se utilice para transfusiones de extrema urgencia, cirugías, tratamiento de enfermedades o para prevenir hemorragias en pacientes con cáncer, se valora que sea un gesto sencillo que tiene la finalidad de salvar vidas. No estamos asegurados y nunca sabremos si necesitaremos o no una transfusión, por lo que es un problema de todos del que hay que hacerse cargo.
La historia de la transfusión comenzó en 1818, cuando el obstetra inglés James Blundell hizo con éxito la primera transfusión de sangre humana a un paciente, dando paso a la creación de los bancos de sangre que se fueron fortaleciendo gracias a los descubrimientos de la mitad del siglo XX, como los componentes y tipos de la sangre.
Paulatinamente, a través de los siglos pasados, se fueron derribando mitos en torno a la donación que hacían casi imposible su realización, como creer que el proceso engorda, que las personas consumidoras de alcohol no pueden donar y que se pueden contraer enfermedades. Afortunadamente el arduo trabajo de los científicos y médicos primó para concientizar a la gente de los favorables cambios que lleva consigo la donación.
Además de provocar un cambio positivo en los pacientes, los donantes obtienen múltiples beneficios para su salud, como la producción de nuevas células sanguíneas en nuestro organismo, mejorar el fluido de la sangre, equilibrar los niveles de hierro, y más.
Donar es un hábito saludable que tan solo dedica media hora y que en nuestro país se realiza bajo todas las medidas de seguridad, con materiales de un solo uso y estériles.
Para hacerlo debes contar con ciertos requisitos para evitar trastornos, como ser mayor de 18 años y hasta 65, pesar más de 50 kilos, no encontrarse en ayuno y no estar embarazada.
Quienes por ningún motivo pueden donar son los portadores de diabetes o insulinodependientes, quienes se hayan inyectado drogas por la piel o venas, los enfermos de SIDA, hepatitis, enfermedad de Chagas, enfermos crónicos al riñón, pulmón, corazón, hipertensos arteriales, además de quienes están en tratamiento por epilepsia.
Si haz donado, es recomendable dejar pasar un período de 3 meses en el caso de los hombres, y 4 meses en el caso de las mujeres para volver a donar de forma segura.
La reflexión y educación de la ciudadanía son dos de los principales factores para que la población se decida a ser parte de una excelente causa, que nos beneficia a todos por igual. Un acto voluntario que termina dando una gran satisfacción a quienes lo practican y a los pacientes necesitados.
Da una fracción de tu tiempo para salvar la vida de otros