Aniversario 172 congregación “Hermanas de la caridad cristiana, hijas de la bienaventurada virgen María de la inmaculada concepción”

Hermana Myriam, directora del Colegio San José nos cuenta acerca de los orígenes y el legado de esta congregación, que está de aniversario cada 21 de agosto.

Primeramente, es esencial contextualizarse en la época en la que vivió Madre Paulina, la fundadora, de quién es importante conocer su semblanza si queremos remontarnos a los orígenes de esta obra.

Ella fue una joven alemana de la alta sociedad quien desde pequeña fue una persona muy piadosa, muy cercana al señor, gracias a su mamá, quien era fiel a la fé católica. Admirando también durante su juventud a su profesora, sobre todo en la parte valórica, y realizando obras de caridad junto a sus amigas. Teniendo también en esta etapa graciosas vivencias. Siendo Madre Paulina también muy abierta a descubrir la religión; dispuesta a entrar a una institución religiosa, siempre y cuando recibieran también a sus ciegos, lo cual no fue nada fácil, y ante tal dificultad le aconsejan a Paulina fundar su propia congregación

Siendo una época difícil en Alemania, Madre Paulina envía un grupo de religiosas a realizar su obra en Ancud, donde se requerían monjas alemanas. Sin embargo, al llegar no existió preparación para la llegada de las hermanas en ese momento, no existiendo ningún tipo de entrada triunfal en vista de que el obispo no se hallaba presente, viéndose ellas en la necesidad de arreglárselas con lo que tenían y con lo que la gente les prestó improvisadamente.

Las Hermanas de la caridad cristiana realizaron su misión en diversos apostolados a lo largo de Chile: Valdivia, Puerto Montt, Puerto Varas, San Bernardo, ubicándose la casa matriz en Concepción” nos relata la Hermana Myriam Sepúlveda en cuanto a los comienzos de esta fundación.

NUESTRA DIRECTORA

Por otro lado, refiere que ella llegó a incorporarse a la congregación por medio de su descubrimiento acerca de su vocación religiosa; “Conocí a las hermanas de Valdivia, puesto que mis orígenes son en esa ciudad; yo entré a trabajar al colegio allá como secretaria mientras que era miembro de un grupo juvenil en mi parroquia. Fue allí donde cierto verano me inscribieron para obrar en un grupo misionero, lo cual me encantó…Sentí el llamado del Señor en plena montaña, me di cuenta de que lo que quería era servir, no obstante, no tenía claro cómo ni en qué, solo sabía que quería dedicarme a esto a tiempo completo.

En ese entonces, comenzó mi búsqueda, primeramente, yo pensaba destinarme a misiones, pero al analizarlo me recomendaban ir a África, yo nunca había salido de mi casa y me di cuenta de que no era eso lo que yo no quería.

Luego, tras leerme la colección del padre Raymond (un monje benedictino), me afané en ser monja benedictina contemplativa (religiosas de la orden de San Benito), sin embargo, no existía una de estas agrupaciones en Chile.

Con las religiosas de la congregación inmaculada, en cierta ocasión, nos dirigimos a un retiro de Semana Santa en la montaña (donde yo conocí mi vocación en primera instancia), una experiencia que me marcó. Seguidamente, en una conversación con una hermana le comenté que deseaba ingresar junto a ella.

No sé si sin la gracia de Dios hubiese podido abandonar mi casa, fue el Señor el que me dio esa fortaleza.

Al comienzo yo no deseaba ser educacionista, sino que me inclinaba más por el área de la salud, pero mi superiora me envió a la universidad a estudiar una pedagogía. Algo de que no me arrepiento pues el hecho de trabajar con niños y adolescentes te mantiene joven en el alma. Pues soy capaz de ponerme en lugar de mis alumnos en vista de que pase por cada una de sus etapas.

Algo que también siento importante es que yo nunca dejé de ser yo como persona, siendo religiosa voy a la playa, a nadar y la paso fantástico, jamás dejé de ser Elianira”

EL COLEGIO

Cabe recalcar que el colegio San José, al igual que diversos colegios de la congregación, busca el bienestar de las alumnas, y marcar una diferencia en la educación a través del aprendizaje de valores propios de la misma congregación; lograr que las alumnas crezcan como personas y que puedan desarrollar talentos y habilidades propios del carisma.

Tiene además otra fecha de fundación, en octubre, y este comenzó con condiciones sumamente vulnerables, tomando diferentes formas, evolucionando, y tomando sus propios sellos y características propias. Siendo toda la vida un colegio sin costo, dispuesto a recibir a todas las niñas que lo necesitaran, y siendo amparado, protegido y nombrado por San José.

Finalmente, la directora invita a los estudiantes en esta instancia a dar gracias de lo que uno tiene y de la época en la que estamos viviendo, a ser capaces de ponerse en el lugar del otro y que “El amor sea el móvil de tu actuar”, ya que del verdadero amor puede brotar la caridad y la amabilidad con los demás.